¿Qué? ¡No me lo puedo creer! Casi se me pasa. Esta mañana cuando me he levantado para publicar la receta que tenía programada para hoy, mi ciberamiga Rosa me ha recordado que hoy es el día del Scone en Estados Unidos. Llevaba demasiado tiempo queriendo hacerlos para recordar así mis días en Inglaterra, ¡qué recuerdos! Así que he decidido hacerlos para merendar,la que tenéis a continuación es una adaptación de un par de recetas, entre ellas la de Rosa de Pemberley Cups & Cakes y la que aprendí hace años en Inglaterra. ¿No os pasa a vosotros que una canción o una imagen o un olor os transportan a un momento pasado de vuestra vida? Pues eso mismo he experimentado yo hoy. He vuelto a las conversaciones y a las risas del afternoon tea con mis compañeras y con my guest family. Pues aquí estamos, compartiendo con mis dragones y con todos vosotros un pedacito del pasado. Espero que disfrutéis tanto como yo de ellos.
Ingredientes:
260 gr. de harina para bizcochos (algo más para amasar)
3/4 de cucharadita de levadura química
1/4 de cucharadita de bicarbonato sódico
1/4 de cucharadita de sal
85 gr. de mantequilla fría cortada a daditos
la ralladura de un limón (solo la parte amarilla)
3 cucharadas de azúcar glas
125 ml. de leche semidesnatada (un poco más para pintar)
1 cucharadita de esencia de vainilla
Mermelada de fresa o del sabor que queráis para acompañar y aunque en el Reino Unido se tomen con clotted cream aquí es complicado encontrarla, así que podéis utilizar nata montada.
Elaboración:
1) Precalentamos el horno a 220º.
2) Mezclamos la harina, la levadura, la sal y el bicarbonato en un cuenco grande.
3) Añadir la mantequilla y amasar un poco con la mano, teniendo en cuenta que se tienen que notar los trozos de esta para que los scones conserven ese toque hojaldrado.
4) Mezclamos el azúcar con la ralladura de limón con los dedos,intentando que suelte todos los aceites esenciales en el azúcar glas para aromatizarlo.
5) A la leche a temperatura ambiente (no caliente), le añadimos la vainilla y el azúcar. Removemos hasta integrar.
6) Hacemos un hueco en el centro del bol de la harina y echamos la mezcla de la leche. Mezclamos todo con una espátula, lo justo para integrar todos los ingredientes, si nos pasamos amasando, la harina desarrollará el gluten y nuestros scones saldrán duros.
7) Ponemos un poco de harina en la encimera de la cocina y ponemos la masa. Cubrimos con un poco más de harina y doblamos 4 ó 5 veces sobre sí misma como si fuera una hoja de papel.
8) Aplanamos con las manos dejando una altura de 2 cm. aproximadamente y, con el cortapastas enharinado y sin hacerlo girar, vamos cortando los scones.
9) Los colocamos en la bandeja del horno forrada con papel vegetal dejando entre ellos un poco de espacio y pincelamos con un poco más de leche.
10) Horneamos durante 10 minutos aproximadamente o hasta que estén dorados. Los scones se pueden servir fríos o calientes pero están mejor el mismo día que los has hecho, si no los gastas, los puedes congelar, bastará con descongelarlos en el horno a 160º. Espero que os animéis, mirad qué pinta...
3 cucharadas de azúcar glas
125 ml. de leche semidesnatada (un poco más para pintar)
1 cucharadita de esencia de vainilla
Mermelada de fresa o del sabor que queráis para acompañar y aunque en el Reino Unido se tomen con clotted cream aquí es complicado encontrarla, así que podéis utilizar nata montada.
Elaboración:
1) Precalentamos el horno a 220º.
2) Mezclamos la harina, la levadura, la sal y el bicarbonato en un cuenco grande.
3) Añadir la mantequilla y amasar un poco con la mano, teniendo en cuenta que se tienen que notar los trozos de esta para que los scones conserven ese toque hojaldrado.
4) Mezclamos el azúcar con la ralladura de limón con los dedos,intentando que suelte todos los aceites esenciales en el azúcar glas para aromatizarlo.
5) A la leche a temperatura ambiente (no caliente), le añadimos la vainilla y el azúcar. Removemos hasta integrar.
6) Hacemos un hueco en el centro del bol de la harina y echamos la mezcla de la leche. Mezclamos todo con una espátula, lo justo para integrar todos los ingredientes, si nos pasamos amasando, la harina desarrollará el gluten y nuestros scones saldrán duros.
7) Ponemos un poco de harina en la encimera de la cocina y ponemos la masa. Cubrimos con un poco más de harina y doblamos 4 ó 5 veces sobre sí misma como si fuera una hoja de papel.
8) Aplanamos con las manos dejando una altura de 2 cm. aproximadamente y, con el cortapastas enharinado y sin hacerlo girar, vamos cortando los scones.
9) Los colocamos en la bandeja del horno forrada con papel vegetal dejando entre ellos un poco de espacio y pincelamos con un poco más de leche.
10) Horneamos durante 10 minutos aproximadamente o hasta que estén dorados. Los scones se pueden servir fríos o calientes pero están mejor el mismo día que los has hecho, si no los gastas, los puedes congelar, bastará con descongelarlos en el horno a 160º. Espero que os animéis, mirad qué pinta...
Sandra
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