lunes, 22 de septiembre de 2014

Macarons, macarons, macarons...

Os habréis preguntado dónde ando. Pues ando por aquí, no me he ido a ningún sitio y hoy, hoy no os traigo una receta, vengo a explicaros lo que he estado haciendo en las últimas tres semanas. 
Ya os comenté que me había apuntado a un taller de macarons online, quería aprender a hacerlos bien, porque a pesar de que estos bichillos siempre están buenísimos, tienen su qué.
Ya os conté en este enlace cómo se hacen y con qué ingredientes, pero el arte de hacer macarons solo se consigue con práctica y, como nos ha explicado nuestra Sensei, Belén de Cupcakes a Gogó, casi casi pensando como un macaron, entendiendo cómo se forman y sabiendo que, un macaron no se hornea, se seca.
Os pongo las fotos de mis primeros macs del curso, unos con demasiado macaronage, es decir, a la hora de mezclar la almendra y el azúcar con el merengue, lo hice con demasiada energía, como resultado, obtuve unos macarons planitos y que se esparcían al formarlos en la bandeja.

También descubrí que mi horno se recalienta, haciendo así que los macarons estallen. Según Belén, hay dos motivos por los que estallan los macarons: si es la primera tanda es por falta de secado, si es la segunda, como en mi caso, es por temperatura demasiado alta.
Poco a poco, fui modificando mi macaronage y las coquilles, o conchas quedaban más rugosos y con piquitos, pero eran más altas y con más mollita, y la mordida era espectacular.
Y así, pasito a pasito, fui cogiendo confianza y logrando que salieran más lisitos.

Macarons de chocolate blanco y frambuesa

Macarons de chocolate negro y naranja

Una vez llegamos a este punto, la cosa se complicó, empezamos a modificar recetas y, especialmente estos de nuez, me trajeron de cabeza.
La verdad es que estos bichejos son altamente adictivos, si no te salen, haces más porque te da rabia. Si te salen haces más porque te animas.
En fin, en las últimas semanas mi entorno ha estado rodeado de macarons, es más, a mis dragones se les ha puesto cara de macaron, yo he hecho el curso para aprender a hacerlos, y ellos se han convertido en en expertos catadores. ¿Los que más éxito han tenido? ¿Adivináis? Estos de chocolate:

Para mí, la semana pasada fue la más dura, había que decorar macarons, no bastaba con aprender a hacerlos, había que decorarlos y presentar un proyecto de fin de curso. La presión era enorme, ya que mis compañeros del taller hacían cosas preciosas. ¡Qué estrés! 
Esta tensión, junto con la vuelta al cole de los niños me llevaron a plantearme que si no decoraba o no presentaba proyecto, no pasaba nada... 
Pero no, yo quería acabar bien el curso. Me lo debía a mí misma, y  se lo debía a Belén, que había estado al pie del cañón incluso con problemas de salud, corrigiéndome, animándome y enseñándome todo lo que sabía, que os aseguro que es muchísimo, y no exagero. Por lo tanto, decidí que tenía que hacer algo.
 A una semana de acabar el taller, hago balance, he aprendido mucho, mucho. Me he enamorado más, si cabe, de los macarons y no veo el momento de que llegue el mes de noviembre, cuando empezaré el taller de Macarons Avanzado, para aprender a hacerlos con merengue italiano y a pintarlos.
No puedo acabar sin agradecerle a Belén todo lo que ha hecho por nosotros y todo lo que comparte de forma desinteresada a partir de investigaciones, lecturas y experiencias propias. 
Gracias Sensei por todo, aunque aún no te libras de mí, esta semana seguiré mandándote cositas para que me las comentes,y nos vemos pronto, muy pronto, en el taller de noviembre.
Ahora os dejo con las fotos de los últimos macarons que he hecho. Un beso. Hasta pronto.
 Macarons rebozados en azúcar


 MacOstras



 Macarons de vainilla y galleta María pintados a brochazo limpio

Macdonuts


Gracias, Sensei.

Sandra

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